MAKIPI QONAKUY

SU SIGNIFICADO: EN MANO DARSE

ES UN CIRCULO: La parte de arriba es el cielo, la de abajo la Tierra: lo que filosóficamente puedes apreciar es un sin fin de cosas, una eterna continuidad como la propia vida.

Para desarrollarla con:

1)    EQUIDAD: Repartir a todos la misma porción.

2)    IGUALDAD: Tratar a las personas por igual, sin discriminar.

3)    RECIPROCIDAD: La Correspondencia entre Seres Humanos, yo te doy algo que no tienes y tú me das otra cosa en recompensa. En el caso de la ayuda monetaria sería: todos los participantes vamos a aportar cierta cantidad de dinero hasta reunir un pozo del cual participaremos en un sorteo semanal o mensual conforme a nuestras necesidades y durante el tiempo estipulado en cada uno de los grupos

Decir “un principio” es ir más allá del tiempo que nuestra memoria o la de nuestros padres puedan recordar, por ello yo Nelly, quiero contar la aventura de dar vida a una costumbre cultural y  étnicamente arraigadas en nuestros ancestros, que se mantuvieron inalterables en el tiempo, cuando la palabra podía más que las tormentas…

4)    LEGADO ANCESTRAL: Referidas únicamente a las actividades económicas

La base de la economía fue la agricultura; las tierras eran comunales. Cada familia tenía sus tierras para cultivarlas y alimentarse. Las familias más numerosas, recibían mayor cantidad de tierras.

La forma de trabajo de las tierras era la “minka”, es decir, “se ayudaban en tareas agrícolas en forma comunitaria”. Por ello podemos decir que el comercio inca constituyó un factor de unificación y de intercambio entre las distintas regiones del Imperio.

El trabajo representó la principal actividad del Imperio incaico y presentó las siguientes formas: mita, chunga, minka y ayni.

La Mita era un sistema de trabajo a favor del Estado Imperial del Tahuantinsuyo

La Chunga era el trabajo realizado en beneficio del pueblo inca por las mujeres en caso de desastres naturales.

La Minca, minka, o minga, es el trabajo que se realizaba en obras a favor del ayllu y del Sol (Inti), una especie de trabajo comunal en forma gratuita y por turno, era una forma de beneficio para el Estado, donde concurrían muchas familias portando sus propias herramientas, comidas y bebidas. Las familias participaban en la construcción de locales, canales de riego, así como la ayuda en la chacra de las personas incapacitadas huérfanos y ancianos. Cuando el ayllu convocaba al trabajo de la minka, nadie se negaba, pero las personas que no asistían al trabajo eran expulsados del ayllu y perdían su derecho a la tierra.

El Ayni era un sistema de trabajo de reciprocidad familiar entre los miembros del ayllu, destinado a trabajos agrícolas y a las construcciones de casas. El ayni consistía en la ayuda de trabajos que hacía un grupo de personas a miembros de una familia, con la condición que esta correspondiera de igual forma cuando ellos la necesitaran, como dicen: "hoy por ti, mañana por mí" y en retribución se servían comidas y bebidas durante los días que se realicen el trabajo. Esta tradición continúa en ciertos lugares.

Administración incaica

                        La base contractual verbal de la administración de bienes y servicios se basaban frecuentemente en dos principios básicos: la reciprocidad y la redistribución.

Reciprocidad y redistribución

Reciprocidad.- Este sistema era lo que se denomina trueque o intercambio de favores. Por ejemplo: -Tú dabas papas y a cambio te daban camote o te quedaban debiendo algo que después te darían. -Tú ayudabas a un vecino a ampliar su casa y el te ayudaba en tu sembrío de alimento o en tu turno en la mita.

Redistribución.- Este sistema consiste en la distribución de tierras de un fallecido entre su ayllu o familia. Por ejemplo: -Si moría tu tío y te daban 1/4 de su tierra, a tu hermano 1/4 de ella y a tu primo 2/4 de la tierra de su padre.

5)                PROGRESO SOCIAL: La actividad que comenzamos a practicar, ha demostrado a la mayoría de los incrédulos que entre todos se puede:

                        Entendemos por progreso social al trabajo lento pero seguro de la transmisión de valores a nuestros hijos, para tener así una mejor Sociedad.

Ir contagiando a todos los desprotegidos, los desocupados, los humillados, los separados de la sociedad, los enfermos y los desilusionados de la vida, que luchando con amor, anteponiendo a DIOS sobre todas las cosas, como Ejemplo del verdadero camino hacia nuestra felicidad y la del prójimo, podemos demostrar a los que nos observan con desconfianza que aún podemos seguir adelante, sin tomar a la violencia, al enojo, al odio, al destrozo de las cosas que nos cuesta a todos los que habitamos determinado lugar en el Cosmos, ser componentes de la equidad del Ser Humano y no los esclavos de nuestra propia ignorancia que nos llevará al flagelo de la existencia, avergonzando desmedidamente las enseñanzas que dejaron nuestros ancestros.

Dado a ésta rica información, quise conocer de cerca la aplicación de toda ésta milenaria costumbre visitando a los “Amautas” (los ancianos, grandes sabios de nuestras tierras), ellos me contaron que sus abuelos y padres practicaban en forma cotidiana y natural él método que estamos implementando y que nos pareció novedoso, y que hoy en día es palpable por los resultados y logros.

Siempre recordé que mi madre Valeria Casasola “jugaba” al pasamano entre tres o cuatro señoras que entre ellas se llamaban “Viejitas”, ellas nunca dudaron de la “solidaridad”, la “honestidad” y la “palabra” porque ya lo tenían arraigado en sus corazones y “pobre” de aquel que faltare a su palabra, primero enfrentar a los mayores (padres), luego a los vecinos (la vergüenza), esto hacía que nadie se atrevería a faltar o solidarizarse con los demás, porque si faltaba a la palabra: debía alejarse y tomar distancia de la tierra, de la familia, los ancestros…

Quizás la necesidad de continuar con la venta de nuestros productos en la Gran Feria de Alto Comedero, nos llevó a que en 1996 ya comenzáramos a practicar la herencia que nos enseñaran nuestros padres: EL PASAMANO, todo comenzó como un Juego, en grupos de cinco personas y por la suma de Pesos cincuenta ($50.-), la garantía principal era “la palabra”. Decidiendo entonces entre nosotros formar un Equipo de Trabajo para llevar adelante el sueño que se había formado muy dentro de mi corazón; porque sólo ellos supieron entender el deseo de aplicar éste Sistema, en beneficio de todos, fuimos desarrollándolo en forma transparente y comprensible para todas las personas que desearan integrarla.

Hasta que un día del año 2008, contactamos a Don Raúl Llobeta Técnico en formar líderes y Proyectos, que luego de enterado de este antiquísimo modo de autoayuda grupal, formalizó en papel nuestro proyecto.

A  partir de entonces volqué la experiencia obtenida durante 14 años, le dimos forma, le realizamos distintos aspectos técnicos, entre ellos un relevamiento de la cantidad de pasamanos que ya  en esa fecha estaban en funcionamiento, la cantidad de personas y los montos que participaban, evaluamos los objetivos, fijamos las metas, verificamos lo obtenido para volcarlo finalmente al proyecto.

El Objetivo principal era mejorar la calidad de vida de los jóvenes y madres solteras, principales beneficiarios del mismo, ya que aprendieron a través de sus padres el VALOR DE LA PALABRA, LA RESPONSABILIDAD Y EL TRABAJO. Justo cuando ésos Valores ya parecían haber quedado en el olvido como consecuencia de la exclusión y desigualdad social, haciéndose eco en la pobreza y el desmoronamiento de la confianza solidaria. Se reflotó en las ferias la cultura del trabajo en familia, la legalidad de la palabra, la solidaridad y la ayuda mutua. 

Se recuperaron estructuras que nos permitieron generar más trabajo, educación y salud. Todo ello gracias al Proyecto Social denominado MAKIPI QONAKUY (en la mano darse) más conocido como “Pasamanos” apuntalándose fuertemente en la inclusión social.

Los beneficiarios de micro-créditos: Deben ser feriantes de todas las edades, sin distinción de sexo, religión, condición social, seguros médicos o cualquier tipo de asistencia o derecho ganado por su trabajo.

Tildados generalmente por la sociedad como “Mercaderes Ilegales” desconociendo que detrás del escenario del trabajo somos un semillero de personas capacitándose en que haceres del comercio, conteniendo a las familias, uniéndolas en un mismo objetivo: ganar el sustento mediante el trabajo. Transmitiendo a las familias formadas por las nuevas generaciones, objetivos claros y definidos, para alejarlos del alcoholismo, la drogadicción que los lleva a cometer delitos de diversa índole.

Las obligaciones y responsabilidades que genera ésta cultura de trabajo a los feriantes, nos aleja también de las condiciones desfavorables de la naturaleza: el clima en sus diversas formas: viento, frío, calor, humedad etc. Sumado al peligro que nos acecha: el robo y saqueo de sus mercaderías a manos de los que deambulan en busca de llenar sus vacíos psíquicos.          

Este método ha demostrado que nos fortalece, nos supera, nos prepara para seguir avanzando, teniendo presente los objetivos y metas trazadas, firmes en los valores heredados, aprendidos y asimilados: “El valor de la palabra” que por generaciones se ha pasado de padre a hijo, de hermano a hermano.        

Hoy me complace mirar atrás y agradecer a Dios, saber que esos valores aún late en nuestros corazones y observar que nuestros hijos también quieren mantenerlo vigente, ya que el 100% de los que recibieron éste beneficio no faltaron nunca a ese compromiso, asumiendo que quedara documentado simplemente bajo la promesa del cumplimiento de pago.